Arte: Delir-arte y Liber-arte

Este es el espacio no politizado de 2063.
El alma necesita alimento, y nosotros somos carroñeros:
Comemos basura, y nos encanta.
No hay límites a nuestro deseo.

Recuerden: Este es un espacio libre de política, credo, o ese tipo de garchas. Para ese tipo de cosas, remitirse al manifiesto- probablemente la parte más picante de nuestro movimiento-.

Cualquier sugerencia, aporte, o lo que sea, y si es tímido para dejar comentarios públicos en el blog, escriba a elguania@hotmail.com
Estamos intentando armar una lista con toda la gente interesada, mejorar el formato, quizás abrir un foro.
¡Necesitamos de usted para fluír!
¡Queremos su cerebro, cual zombie hambriento!
¡No sea mezquino y comparta su alma con nosotros!

"Somos todos células de un mismo cuerpo, desconocido para nosotros. Pero algún día, quizás, despierte nuestra conciencia grupal y actuemos en conjunto. Si ese día ha de llegar, será en el año 2063"


viernes, 18 de julio de 2008

Sobre el romance

Nunca más voy a volver a ver una película romántica.
Mentira.
Ni siquiera el futurismo de Marinett puede sacar el romance de mi discurso.
Solo el amor salvará al mundo.
Quiero creerlo, a pesar de que el mundo siempre muestre efectos contrarios.
¿Porqué hay tanto escepticismo?
Los románticos somos sacerdotes de una época que murió y deseamos conservar.
Donde era heroico lo mundano y nuestros sentimientos más intimos.
Nadie quiere creer que una pareja puede funcionar. Todos pensamos demasiado cada acto, inventándole simbolismos, como si la espontaneidad precisase justificación, una excusa.
No es esto lo que querías escuchar. Es un vicio de no mentir ni por cortesía. Y seguramente incómodo. No sé que responder a lo que por convicción debería mantener en el silencio irreal. La sinceridad no necesita justificaciones. Roberto Arlt y Gandhi lo dijeron.Y seguramente mucha gente más. Aunque no debería ser válido este último argumento.
Perdí: Lo reconozco, perdí. Me ganaste. Es así, uno intenta con gestos indescifrables transmitir sus sentimientos al otro. Uno intenta desarrollar telepatía para probar el amor del otro. Y soy malísimo para las disputas. También me siento medio estafado, pero esa es otra historia. La verdad no imagino como serán estos nuevos días, que empezaron semanas atrás, pero nunca parecen empezar ni concluir. Frenamos el tiempo, pero no para siempre.
Entonces vuelve el romance. Sí, soy romántico orgulloso hasta la cursilería. Incluso trato de que parezca ingenioso. Me gustaría no ser tan vulnerable. ¿Me gustaría algo realmente?
Me dejo llevar ingenuamente por antes del atardecer o amor eterno, las fantasías no mueren.
Las fantasías siempre esperan pacientes a los adolescentes embriagados de rencor y rutina para salvarlos de su condena de adultos y hacerlos niños nuevamente. Saludables. Muy saludables.
Y amar es dar. Es cuanto uno se permitió dar. Si uno buscó alguna ganancia material, nada dura para siempre. Entonces medir una relación en cuanto uno pudo darse el lujo de dar, es medir las pureza de la relación, su costado puro y cercano al tao. Pude dar mucho, eso me libera de dolores inoportunos. Nunca desperdicié oportunidad para pasarla mejor. Incluso forcé los límites de lo que me parecía convencional. Fue una pequeña aventura entre dos. Y ese recuerdo es claro y tiene sus héroes y heroínas. Es como uno de esos romances épicos, de los cuales se cuentan historias interminables. Supongo que no se puede pretender más que avanzar por el nuevo sendero, sin saber con qué nos vamos a encontrar.
¿Gente nueva, ideas nuevas?
¿Nuevos libros o maestros?
¿Viajes o proyectos locales?
Quisiera que me resultase normal encontrarme con gente que viese colores en los sonidos. Que me sucediese y me resultase normal. Sería muy sano y seguro, supongo. Gente muy conciente de su salud anímica. Deberíamos declararnos taoístas, y juntarnos todos. A poner nuestras nuevas reglas. O no ponerlas. O poner pocas. O muchas. En la doctrina budista hay una opción que es ni no poner reglas ni poner reglas, ni poner pocas ni poner muchas. En respuesta, supongo, a la tercer opción que sería pocas y muchas, poner y no poner.
El miedo corriente que sentimos a la alienación es producto de que todavía conservamos demasiada conciencia sobre cómo somos considerados por nuestros semejantes. Demasiada, debería ser mucho menor. No siento que uno sea muy ridículo y otro poco ridículo. No siento que yo sea un desquiciado y el resto no. Me veo muy cabal dentro de mi entorno. Sin embargo, no dejo de sentir presiones por parte de todo el mundo. Empiezo a generar pesimismo. Nihilismo posmoderno, no tengo a absolutamente nadie. Por momentos esta oración es verdad. Algo que estaba encapsulado se dispersa, no se siente mal. Es raro, es como descomponerse en materia ligera, intercambiando energías con el monitor: El monitor da su luz, nosotros su inscripción mediante un símbolo. Su luz puede ser porque nuestro cerebro genera la percepción de luz, que es lo más cercano al concepto puro de luz. Y es sencillamente genial. Es esto, todavía no tiene final triste. Somos los trasgresores del siglo que comienza. Neuronas necesariamente mal aprovechadas. Distorsión, interferencias. Fenómenos nuevos. Presenciar creaciones de nuevos mundillos dentro de el estéril campo de batalla de la rutina. Estamos demasiado lúcidos como para hacernos los boludos. Demasiado excitados como para sernos fieles entre sí. Demasiado afectivodependientes como para cortar nuestras relaciones. Es un resumen de la vida afectiva de todos nosotros. No hay salidas en la comunicación. Gratitud. Eso también siento.
Quisiera hacerme cargo hoy, de todo lo inmoral que haya en mi conducta hasta la fecha.
Acepto con gratitud.
Ojalá no tenga dolor de cabeza. Es una típica falla de cualquier influjo artificial del circuito cerebrovascular. O sea que la cabeza esta trabajando de manera anormal. Sustancias tóxicas, que son el desperdicio celular normal pero multiplicado por exceso de esfuerzo, empiezan a acumularse. Y duelen. Pero no, no me duele la cabeza. Eso es un buen argumente a favor mío.
Certeza de la impermanencia. Como sé que nada va a durar, me pongo esceptico. Debería decir "Fé de la impermanencia". Porque no puedo estar seguro de saberlo.
Vomito con tos para todos los valientes.
Mantengámosnos sanos.
Pensemos claro.
Actuemos simple.
Obremos sencillo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Carajo no se porque este post me saco lagrimas, somos unos canallas todos los que creemos un poco en estos ideales pero somos sinceros

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